sábado, 17 de octubre de 2015

A la próxima resaca invito yo

Foto por Andrea González Güemes
 "A mí dadme lo superfluo,
que lo necesario todo el mundo puede tenerlo."
Oscar Wilde

Hace demasiado frío en mi habitación
desde que no estás
para hacerme sudar.
Puesto a dudar,
no le preguntes al termómetro
lo que es cosa de la humedad.

Discutamos el concepto de infinito
objetiva y tangiblemente,
apoyado en mi cadera.
O añadiendo otra
a la desafiante lista de cosas
que, siendo un no,
deberían darnos de sí.
Pero.

Y en esto estamos,
en no ser la causa de la copa de más,
si no la consecuencia de otros abrazos
de menos.
De otros.

A veces cambiar de país es suficiente
para aún querer este continente
cuando te sorprende el contenido.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Velocidad relativa

Foto por Andrea González Güemes

A seiscientos kilómetros,
por hora,
todavía el viento se toma el capricho
de acercarse tímido a mi mesilla,
de noche,
y arrastrar tu olor 
para secuestrarme a mí.

Y me lleva,
mecida,
hasta el sueño de una noche de verano
alimentada de electricidad,
generadora de ganas.

Síndrome de Estocolmo,
ahora que asumía que vivía en Portugal.
Ya me lo decían en su día:
No importa si jueves acaba en ginebra
o en poesía.
Cuando está a años luz de acabar
como quieres.

Y yo, viajando, a seiscientos kilómetros,
por hora.
Como siempre, tarde.
Y un poco más dramática,
entrópica,
y lusa.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Magia septentrional




La deriva era un dedo sobrevolando mapas
cuando salimos a bordear acantilados.

La desesperanza asumida de la sociedad
poniéndonos contra las cuerdas.
Y nosotros tocando el ukelele.

La simpleza eran dos objetivos
y ninguno era un fin.
De eliminar lo innecesario nos alimentamos,
bebimos
y bailamos en el filo
de la navaja de Ockham.

El infierno es el lugar
donde van a morir las borracheras.
Y la cerveza está caliente.
Pero edificamos amanecederos
rompeolas
donde la resaca es corriente,
pero no ahoga.

La Estrella Polar señala el Norte
para no perderlo
y las fugaces se pasean
como un vaivén de minifaldas
mecidas por el cierzo.
El sino imponiéndose,
como si existiera.
Y nosotros eligiendo nuevo destino
como si nos importara.

Teníamos veinticientos,
volando;
y los pájaros en la cabeza.
En la mano, un mundo girando
a cinco mil revoluciones por minuto
y
en todas
ganamos nosotros.





jueves, 20 de agosto de 2015



Hacemos montañas de granos de arena,
cristales,
relojes.

Nunca se me dieron bien las manualidades,
pero estoy tratando de recortar tu tristeza
sin tocar órganos vitales
como quien juega a Operación

Fracaso.

Ahora que odias las monedas,
podrías apostar un poco más.
Voy a seguir pidiendo cruz,
así que ven de cara.

En serio, ven.

Hacemos montañas inaccesibles,
cristales afilados,
relojes de cuenta atrás.
Y castillos.

Y baluartes.

Vamos a estudiar esa tensión de rotura.
Ya te has asomado al fondo,
ahora dime,

¿quieres hacer pie?




domingo, 16 de agosto de 2015



La tristeza debió irse como vino, 
de un tortazo de alguien que te quería más que tú, 
pero el sistema de rie(s)go automático 
que tú tampoco sabías que habías instalado
creaba goteras insaciables de alimentar sus raíces.
"Cierra las piernas, la humedad nunca fue un problema."

Te recuerdo repitiendo firmemente aquello de
"Hay que ser feliz, aunque solo sea por joder".
Y joder cada vez se parece menos a hacer el amor.
No me malinterpretes, no he dicho que sea un error.

Miras tu habitación obviando los recuerdos
y está vacía.
Pero no te cabe un libro más en la estantería.
"Los versos más tristes iban detrás de la canción,
desesperada."
A estos cien años invita la soledad,
que a ti no hay cuerpo que te aguante.
Las primaveras eran esféricas, joder,
a ver si el roto ibas a ser tú.

El cabecero sigue bailando 
y el tornillo aún me falta a mí.

El mismo que hoy te declaró la guerra, 
hubo un día en que se te declaró 

inocente.

No hay alcohol suficiente para tanta herida,
así que ponme otra copa.


domingo, 28 de junio de 2015

Efecto mar y prosa.

Foto por Andrea González Güemes

A la pequeña variación
que tiene todas las llaves
por definición.

Aleteas y no cambia nada al otro lado del mundo,
pero joder, qué bonito se vuelve este.
De estómagos a parabrisas
conoces los riesgos de volar en libertad,
pero quién se resiste al caos. 
Cuando te tapiaron la única salida,
el techo cada vez estaba más cerca.
Lo llamaron claustrofobia, pero era crecimiento.
Personal e intransferible.
Las llaves son actitudes.
Hablan de la sensibilidad 
a pequeñas variaciones en las condiciones iniciales,
pero nadie menciona la opción de abrirte por reformas.
Y qué sensación, 
que al otro lado sepas a quién quieres ver.
Y quién quieres ser.


miércoles, 24 de junio de 2015

Puestos a pedir


Foto por Andrea González Güemes



Pide,
pide clavos y hazlos arder,
pide que te agarren y parar caídas.
Pide ser el único,
pide ser toda la puta caja de herramientas.
Pide suerte, efervescencia.
Pide más fuego, más leña.
Sinergia, correspondencia.
Pide el absurdo, pide sin piedad,
pide superar la fecha de caducidad.
Pide ser la sal del mar que le falta a esta ciudad.
Pide otra cerveza, joder,
que aún es pronto para sincerarse
sobre experiencias mutuas.
Y no quiero dormir,
tengo demasiado(s) sueño(s).
Pide ser el destello del relámpago
del día que te conocí y llegó el verano.
Pide el estruendo del trueno
por el que llevas el corazón en la mano.
Pide lo que después aún vayas a querer.
O no.
Pero pide.
Que el deseo hoy te conceda a ti.

sábado, 20 de junio de 2015

Separar los golpes

Foto por Víctor Martín

"Al menos no nos hagamos los fuertes
si no vamos a luchar."
Escandar Algeet

Es un poco como llegar a casa borracho
y sin cartera,
que no sabes si la has perdido
o te la han robado.
La oportunidad.
Siempre fuimos con los besos como con las cervezas,
que la última nunca es la última.
Por eso esta absoluta disconformidad
con tus labios alejándose
para no dejar de hacerlo.
Si hubiera contado con esta lucha contra el olvido,
habría salido más guapa en las fotos,
habría sonreído más para la memoria,
habría hecho de jarrón y florero.
Pero nunca fue lo mío estar callada.
Ahora, sin embargo,
las palabras se dispersan en susurros mudos
de camino a romper el silencio,
y me quiebro yo.
De armadura de cristal,
que se rompe cortando,
que muere matando.
Yo, que nunca quise ser hacha,
sino escudo,
y ahora que me toca luchar a mí,
ni siquiera sé parar los golpes.

domingo, 14 de junio de 2015

Lloverá y yo veré

Foto por Andrea González Güemes

El día que el viento dejó de soplar,
la veleta desnortada comenzó a girar
pretendiendo independizarse de él;
enredarse así en un tornado
era simplemente pura inercia.
Que la brisa no era huracán
por mucho nombre de mujer que tuviera,
tardaría más en comprenderlo.

Crónica de una suerte anunciada
por el Meteosat
fue su llegada desde el océano menos pacífico,
muy consciente, pero inocentemente adorable 
cuando su propio viento le levantaba la falda.
Cogía las jarras de cerveza con las dos manos
y las marcaba con el rojo de sus labios.
Se perdía en las rotondas
como si las aceras a su paso
no fueran a rendirse a sus 160 km/h.
Tenía una hucha para aviones,
que alimentaba más cuanto más podía volar,
por si un día no conseguía
despegar sus pies del suelo.

De convertirla en vendaval de andar por casa
lo único que él pretendía era eso,
verla andar por casa.
De soplar en contra,
buscaba ser molino.
De su jaula de realidades,
verla revolotear en libertad
acariciando unos barrotes invisibles
a los que poder llamar toma a tierra,
mientras cantaba despistada
en el asiento del copiloto
de su propia cabina de mando.
Dejándose llevar, dejándose mecer.

Lo malo de los huracanes
es que solo estás a salvo en sus ojos.
Lo peor,
lo que queda cuando los dejas ir.

¿Cuántas velas vas a conseguir apagar ahora que ella no sopla?




viernes, 29 de mayo de 2015

Como todo lo que merece la pena

Foto por Víctor Martín 


"Prófugo de un dolor que ya no existe
llevo 500 noches celebrando
la impúdica belleza...de estar triste."
Joaquín Sabina


Tantas veces me he juzgado
condenándome a la hoguera cada noche...
Pero el viento se ha encargado
de avivar las cenizas por la mañana.
Supervivencia, instinto.
Un ave Fénix, resisto.
Ganas de arder, insisto.
Los días se suceden.
Suceden simulacros,
el incendio eras tú.
Los molinos agigantan el paso
de quien se deja guiar por el viento;
y los miedos de quien,
distraído,
acepta que la cordura desatada del mundo
traza nudos de marinero sobre su esperanza.
Y mi garganta,
que los conoce todos,
acierta a pronunciar:

"Bonito, pero complicado."

Como todo lo que merece la pena.



martes, 26 de mayo de 2015

Anidando almohadas

Foto por Andrea González Güemes

Quisiera decirte que me sobran días
entre el hastío del domingo
y la poesía del jueves.
Que cualquier cosa que pueda decir
no va a ser más bonita que el silencio.
De antes del beso.
Y va a doler
como entender que regar la rosa
es afilar la espina.
El Principito estaría muy enfadado
contigo.
Y en tu cabeza de hormigón armado
la diferencia entre
querer crecer
         y
querer creer
aún es una C
y no un hacer.
Sigue siendo absurdo,
tal como está el mundo,
desperdiciarnos así.

domingo, 17 de mayo de 2015

Oda a la amapola.

A unos oídos que son corazón
y sonrisa.
A los brazos que quisieran tener más hombros
para dejarme llorar
o para remar a salvarme en cualquier bar de dudas.
A la cordura que lanza para rescatarme
de los precipicios a los que me asomo,
de las arenas movedizas del pozo
de mi enajenación.
Al rastro de palomitas que deja
para marcarme la salida
de cada laberinto
y a que me las ceda todas
cuando pedimos birras en el München.
A Extrechinato bajo su manga
para librarme de cualquier "y tú"
que me persiga.
A los sentimientos a flor de piel
cuando solo me queda eso
y hueso.
A mis lágrimas que empañan sus gafas.
Tiene una casita blanca para ti
y un alma que menos le cabe
cuanto más te abre las puertas.



viernes, 15 de mayo de 2015

Re-evolución

Aleatorio Bar. Malasaña, Madrid.
"Y consiste en bajarse del tren
aunque el tren ya esté en marcha.
No es lo mismo un mundo que corre
que un mundo que avanza."
Marwan

Somos los que mordemos con bozal,
los que gritamos con mordaza.
Nos cerraron el grifo
y saciamos la sed 
alimentando la re-evolución
en los bares que dejaron,
vigilando que apoyar el codo
es alejar el puño del cielo.
Inalcanzabilizaron lo bonito,
lo útil, lo necesario.
Hicieron historia 
para obligarnos a cargar con su pasado.
Nos negaron cultura y educación
para acercarnos al rebaño del que venían ellos
antes de jugar a ser dioses
y vendernos sus biblias 
para hacernos deudores de su avaricia.
Pero dejaron los libros y la poesía,
la música y la cerveza.
Dejaron la juventud y el hambre.
Lo único constante es el cambio.
Y las ganas.

domingo, 22 de marzo de 2015

Forever young


Que sucedas cada día
no te hace menos increíble.
(Carlos Sadness)
Declaraciones de intenciones 
desafiando la imposición del tiempo,
aferrados a la juventud.
Destellos en el objetivo 
de gotas de lluvia que cayeron 
en algún momento 
en el que no sonreías a la cámara.
El horizonte es toda línea 
donde puedas ver ocultarse el sol, 
pero no tus sueños. 
Y el final es tan relativo 
como el observador y sus miedos. 
Y el final no es más 
que la suma de todos tus medios.
Cúmplelos,
los años y los sueños,
las promesas y los retos.
Lo que yo quiero hacer contigo
en tus 22 primaveras,
los cerezos ni se lo imaginan.