martes, 16 de agosto de 2016

Impro(a)visando.

Peñíscola, Agosto de 2016
"Solo quedará sin probar un sentido,
el del ridículo por sentirnos libres y vivos."
Izal.


El principio era el mercurio desafiando al cristal
mientras los demás hablaban de la poética que mantiene el sol 
cuando se quiere quedar un rato más.

Después lo he visto volver cada mañana 
a secar cualquier resquicio de primavera,
con la crueldad autoimpuesta de quien se avergüenza 
de su reiterada retirada.

La obertura del desenfreno, 
y yo ajena a la inspiración.
                               
                       Y, de repente,
                                  poesía.

Y arena y sal.
Y rocas que son casa y preludio de la mañana.
Y domingos en los que te sueles jurar
que hay cosas que nunca deben cambiar.

Y sudor con sentido,
y humedad consentida.

Y la velocidad sin radar,
y al cuentakilómetros no le salen las cuentas.
Y la risa sin prisa.
Y el sur. Y el mar.

Y yo, desnortada, y despeinada.
Y subversiva. Y con resaca.

Y todos los caminos que llevan a Roma
te traen hasta aquí.
Y siempre nos quedará Burdeos,
que Paris hizo arder Troya.
                             Y tú mis naves.

Y en Chernobyl nacen girasoles
que no le hacen reverencias ni a la luna.


domingo, 24 de abril de 2016

Primavera sin esquinas

Coimbra (Portugal). Enero de 2016
"Esta es la historia de un derrumbamiento.
El infierno hecho paisaje.
Mi baile nupcial sobre el lodo.
Un invierno sin sol."
Escandar Algeet

Cumplo inviernos a mitades
desde que vine antes de tiempo
a reclamar la primavera que me ibas a robar.

De crueldad y de ejercerla sabe más abril
que cualquiera de tus guerras.
Y de compasión, Sabina cuando incitaba,
cuando invitaba a Whisky y a poesía.

La imposición del silencio cumple un año
y, en el trayecto, los gemidos duelen más que los gritos.
Como aquella canción que tuvimos que arreglar:
Trescientos sesenta y tantos días buscando mi sonrisa,
haciendo que la vida no sea papel de lija.

Sol dejó de querer la primavera
y las flores ardieron a su paso.
Pero he tardado otro abril
en entender que, de aquel incendio,
rescataron para mí un trébol de cuatro hojas.
Y el resto eran todo ortigas.

Desde este aniversario sentencio:
He visto el Sol arder hasta consumirse.

Y no dejar ni cenizas.




"Vuelve a llegar la primavera
y me molesta el sol."
Extremoduro

jueves, 7 de abril de 2016

Principio de incertidumbre

Foto por Andrea González Güemes
                                                                                                       
 "El acto mismo de observar
cambia lo que se está observando." 
                Heisenberg   
                                                                                                                                        
Amanezco,
compleja, irresoluble,
mientras me otorgo la capacidad
de abrirte la puerta, como si no estuvieras ya dentro,
para pellizcarme el culo cuando subo las escaleras
diciéndome que no, que no es un sueño,
pero puedes cumplir todos los que te pida
en un polvo cósmico
                        de estrellas
                                del rock.
Me observas,
resolutivo, dinámico,
mientras te otorgas la capacidad
de ordenar mi caos en teorías,
la gravedad del agujero negro de mi humor.
Y te permites llenar de luz cada recoveco
en un relámpago eterno de invencible tormenta
preludiando un tratado
                       con la primavera
                                   en tus brazos.

Y desde este abril y este huso,
desde este sol a destiempo,
enuncio,
              declaro,
                           manifiesto:
La dualidad,
              el caos,
                        la imprevisible totalidad
no pueden competir en relevancia
con estas ganas de verte sonreír.



sábado, 17 de octubre de 2015

A la próxima resaca invito yo

Foto por Andrea González Güemes
 "A mí dadme lo superfluo,
que lo necesario todo el mundo puede tenerlo."
Oscar Wilde

Hace demasiado frío en mi habitación
desde que no estás
para hacerme sudar.
Puesto a dudar,
no le preguntes al termómetro
lo que es cosa de la humedad.

Discutamos el concepto de infinito
objetiva y tangiblemente,
apoyado en mi cadera.
O añadiendo otra
a la desafiante lista de cosas
que, siendo un no,
deberían darnos de sí.
Pero.

Y en esto estamos,
en no ser la causa de la copa de más,
si no la consecuencia de otros abrazos
de menos.
De otros.

A veces cambiar de país es suficiente
para aún querer este continente
cuando te sorprende el contenido.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Velocidad relativa

Foto por Andrea González Güemes

A seiscientos kilómetros,
por hora,
todavía el viento se toma el capricho
de acercarse tímido a mi mesilla,
de noche,
y arrastrar tu olor 
para secuestrarme a mí.

Y me lleva,
mecida,
hasta el sueño de una noche de verano
alimentada de electricidad,
generadora de ganas.

Síndrome de Estocolmo,
ahora que asumía que vivía en Portugal.
Ya me lo decían en su día:
No importa si jueves acaba en ginebra
o en poesía.
Cuando está a años luz de acabar
como quieres.

Y yo, viajando, a seiscientos kilómetros,
por hora.
Como siempre, tarde.
Y un poco más dramática,
entrópica,
y lusa.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Magia septentrional




La deriva era un dedo sobrevolando mapas
cuando salimos a bordear acantilados.

La desesperanza asumida de la sociedad
poniéndonos contra las cuerdas.
Y nosotros tocando el ukelele.

La simpleza eran dos objetivos
y ninguno era un fin.
De eliminar lo innecesario nos alimentamos,
bebimos
y bailamos en el filo
de la navaja de Ockham.

El infierno es el lugar
donde van a morir las borracheras.
Y la cerveza está caliente.
Pero edificamos amanecederos
rompeolas
donde la resaca es corriente,
pero no ahoga.

La Estrella Polar señala el Norte
para no perderlo
y las fugaces se pasean
como un vaivén de minifaldas
mecidas por el cierzo.
El sino imponiéndose,
como si existiera.
Y nosotros eligiendo nuevo destino
como si nos importara.

Teníamos veinticientos,
volando;
y los pájaros en la cabeza.
En la mano, un mundo girando
a cinco mil revoluciones por minuto
y
en todas
ganamos nosotros.





jueves, 20 de agosto de 2015



Hacemos montañas de granos de arena,
cristales,
relojes.

Nunca se me dieron bien las manualidades,
pero estoy tratando de recortar tu tristeza
sin tocar órganos vitales
como quien juega a Operación

Fracaso.

Ahora que odias las monedas,
podrías apostar un poco más.
Voy a seguir pidiendo cruz,
así que ven de cara.

En serio, ven.

Hacemos montañas inaccesibles,
cristales afilados,
relojes de cuenta atrás.
Y castillos.

Y baluartes.

Vamos a estudiar esa tensión de rotura.
Ya te has asomado al fondo,
ahora dime,

¿quieres hacer pie?