sábado, 8 de noviembre de 2014

Aprendiz de kamikaze

Foto por Andrea González Güemes

Hablabas de amor y no sabías que se trata de querer a alguien más. 
Amabas a todas y a ninguna dejabas abrazar tus rarezas. 
Correr cuando te haces mayor queda raro si no persigues un autobús.
Intentar detenerlo mirando constantemente tus cordones es imposible. 
Con todas esas veces que caíste y te levantaste en una cama que no era la tuya, en un confort fuera de tu zona, donde los portazos no eran más que el llavero chocando contra la cerradura de una puerta que tú mismo cerraste por fuera. 
No ofrecer la oportunidad es lo mismo que huir, pero nunca lo admitirías.
¿Entiendes ahora eso de aprender a elegir por qué arriesgarse a caer? 

viernes, 7 de noviembre de 2014

Pensamientos aleatorios I










Las etiquetas pican, pero la incertidumbre escuece.
Y la verdad duele.
No hay nada peor que estornudar sin hacer ruido. 
Bueno, sí. Irse.
Irse sin hacer ruido en todos sus significados.