Foto por Andrea González Güemes |
Hay quien se conforma con relacionar el verbo vivir con el mísero latir del corazón, pero vivir no sólo consiste en respirar, y eso se aprende cuando tienes alguna razón por la que hacerlo, o por desgracia para aquellos que las dejan escapar, cuando ya no tienes ninguna.
Hay quien se tiene que adaptar a las relaciones, y relaciones que surgen sin darnos cuenta; probablemente las mejores.
Hay quien pone lo mejor de sí mismo en cada latido, y otros se empeñan en buscar una razón lógica para su incesante movimiento. Hay quien apura cada momento al máximo, que vive un éxtasis diario; y negatividad que se ahoga en inseguridades de personas que no han sido suficientemente queridas.
Hay quien lo único que necesita para vivir es saber que tienen alguien por quien hacerlo y otros que sólo necesitan poder volar y un cielo por conocer. Si eres de los primeros estoy aquí; si eres de los segundos te pongo las alas, el motor, y hasta el puto tren de aterrizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario