jueves, 3 de noviembre de 2011

Everything's gonna be alright.


Hace tiempo que no solo tiritamos de frío y que lo que se mide en grados es el alcohol, que no solo buscamos soluciones en química y en matemáticas, que aunque todos somos el Estado, cometemos fraudes fiscales. Por eso a estas alturas de la vida, las amistades empiezan a firmarse ante notario y contratamos seguro contra el frío del invierno, contra el calor del verano y contra la propia memoria, que tantas veces nos falla.

Echamos de menos la infancia de los escupitajos y los pactos de sangre. Los "sinvoznivoto" se convierten en abogados carroñeros de las decepciones y los "imparciales" en jueces sin juicio de los errores más humanos. Y algunos seguimos aquí, esperando que la Tierra se vuelva cuerda y ate a muchos a sus propias y desdichadas vidas. Y en corto además, para que no descarrilen a ninguna otra.

Así que cuando encontramos contratos que merece la pena respetar, deberíamos tirarnos de un vigésimo piso con la mano de esas personas en la anilla del paracaídas y esperar que las décimas pasen como años de perro, y al llegar al suelo, cuantas más arrugas, mejor. Que la Tierra no está tan loca como para no dejarnos flotar un ratito, total, la gravedad solo es una ley.

Venga, recoge todas las chapitas de scout que ganaste por batallitas de cabeza y corazón, haz recuento de hazañas y arañazos y mételos en los bolsillos. Disfruta de esos instantes de cordura, haz puenting.

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